miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cuando el abuelo murió su familia le tenía que quitar todo a la abuela...

...¡Claro!, no se podía hacer otra cosa


Esa india, chola, aprovechada, etc., no tenía porque quedarse con el dinero de su familia

De su hijo
Así que al morir el abuelo
la dejaron en la calle con sus seis hijos
Planchaba, cocía, para poder mantenerlos
Salió adelante con sus hijos
Mucho trabajo, sacrificio, pero sobre todo dándoles una buena educación, valores
Ensenándoles el poder de cambiar al mundo cuando una familia logra ser unida
Amándose, como a su prójimo

En una ocasión jugaba en el parque
La abuela me vigilaba desde el frente, en su balcón lleno de hermosas plantas
Con su vista de halcón solía contemplarme, era su primer nieto
Me tiré de una rama luego de lanzar unos mangos al suelo
Vi ese rollo de billetes al caer en la húmeda hierba
Cuando sin dudarlo ya estaban en mi bolsillo
Me harte de mango, echamos chistes
Jamás se mencionó dinero alguno
Fuimos cada cual por el almuerzo

Al llegar a casa le dije a la abuela:
Mire lo que me encontré abuela
Ella me pregunta:
¿Cuál es el cuento de esta plata?
Jugábamos en el palo de mango y me la encontré en el monte
¿Y nadie pregunto por plata?
¡No!, respondí de inmediato

Como los billetes estaban mojados la abuela prendió el horno de la estufa y los metió al rato, no sé porque tiempo la verdad, pero salieron como recién hechos en la fábrica.

Me los entregó mientras me decía:

Debió preguntar cuando los encontró si eran de alguien, pero bueno, coja y guárdelos en el bolsillo que alguien le pregunta por ellos ahora.

En la tarde cuando jugábamos en el parque faltaba Daniel, nos preguntábamos porque faltaba, dónde estaría, siempre era el primero en llegar y el principal inventor de todas las travesuras, era como el personaje de las tiras cómicas.

Al rato lo vimos a lo lejos pero no venía en su ritmo normal, caminaba lento, medio cojeando, se veía derrotado, sin energía, pero al acercarse vimos las lágrimas en su rostro deforme por lo hinchados que tenía los ojos de tanto llorar, nos dijo jadeando que le habían metido tremenda cuera de fuetazos por haber perdido el dinero que le entregó su abuela para comprar la cena de la familia, sin contar que no podía llegar a casa sin la cena. Pueden pensar que era una tontería pero los hogares donde se come del día a día suelen existir todavía, lo que no vamos a encontrar hoy día es valorar la responsabilidad que implica enseñar a ser responsable a un niño de siete u ocho años como en nuestro caso (en ese tiempo lo vivimos con abuelas y madres).

De inmediato le dije: aquí están yo los encontré, estaban mojados y la abuela los seco en el horno y me dijo que los trajera porque alguien me los pediría, nunca vi tanta alegría, nos jalo a todos de la mano y nos arrastraba a la tienda, cuando su abuela lo mando a la tienda le había regalado cincuenta centavos, hace treinta años era un botín, compramos un litro de jugo y cinco tapacaras, un pandulce con pasas gigantesco como su nombre lo dice…

Siempre he sabido que lo mejor de mí, ha sido la formación que me inculcaron mi madre, mi abuela, mis tías, los tíos y una gran cantidad de gente buena que me acompaña desde hace mucho tiempo… sin dejarte fuera viejo…

Pero realmente le debo todo a mi mamá por formarme de la mejor manera con mucho amor, respeto, valores, con su ejemplo, brindándome todo el apoyo que siempre me ha brindado a pesar de ser “yo” todos estos años… gracias mamá…

Astevia

Mamá

VIAJE CONOCIENDO ALGO NUEVO DE ESAS HERMOZAS MUJERES

SABIAS
HUMILDES
TRABAJADORAS
SUFRIDAS
ABNEGADAS
RESPLANDECIENTES DE ALEGRÍA
DE VIDA
DE SERVIR A TODO DESPROTEGIDO
COMO A SUS HIJOS

ASÍ ES MI MADRE
MIS TÍAS
MIS AMIGAS









...Y MUCHAS QUE NO HE CONOCIDO…

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